Boeuf Bourguignon
El otro día hice un locura. A lo loco.
Salí de casa sin móvil. Y no sin el personal, no… Sin el personal y sin el de trabajo.
Y sobreviví.
Allí me fui yo tan contenta a mis reuniones más feliz que una perdiz.
Fue al llegar al despacho cuando, al no tener wifi, decidí conectarme a través del móvil y allí, en el bolso, había de todo menos los teléfonos (y cuando digo de todo, creedme. Hasta llevaba parte del brownie que hice el fin de semana…).
Así, que me encontraba a 70km de mi casa, sin conexión virtual con el mundo. «Sólo» tenía conexión presencial con las personas con las que tenía reunión.
Y a los dos minutos me acostumbré, me relajé y me dejé llevar. Solamente pedí al destino no quedarme tirada con el coche en medio de la autopista ese día. Cualquier otro día, vale (con teléfono), ese día, por favor, por favorcito, que no pase nada…
Y no pasó.
Y nadie me echó de menos. Y no se acabó el mundo.
Así que a partir de ahora, voy a tomarme mi tiempo sin móvil. Básicamente durante los recados o paseo que haga (caminando).
Nota mental: haz el favor de ponerle pilas al reloj.
¿Os acordáis cuando se llama a casa de alguien y no a alguien?
Y cuando tenías que intentar mantener una conversación con tu amiga del alma siendo pre-adolescente delante de tus padres, en el comedor…
Antes quedabas en un sitio y no avisabas antes de salir, ni claro, cuando habías llegado. Ibas y dabas por supuesto que la otra persona iba a estar allí a la misma hora, porque era en lo que habíais quedado uno o dos días antes.
Después llegaron los móviles y hacías una llamada perdida.
Y ahora, con el what’s app y avisas que ya estás allí. Y confirmas el mismo día si sigue en pie el plan. Y avisas 5 min antes que te retrasas, y así…
Pero entre medio, ay… apareció el Party Line! Qué daño hizo a algunos y a muchos bolsillos. Yo llego a hacer una llamada así y mi madre me corta los dedos. Uno a uno y sin anestesia. Palabrita.
En fin, que en medida como en todo, la dependencia al móvil no es tan mala, pero cuando nos pasamos, pues nos pasamos.
Os aseguro que si me hubiera quedado tirada con el coche en la autopista, me las hubiera visto canutas para que alguien parara y me dejara llamar a la grúa.
Pues os traigo, en honor a la tradición, un plato de toda la vida: Boeuf Bourguignon, un plato francés que se podría traducir por «Buey a la Borgoña» por sus principales ingredientes: buey y vino de Borgoña.
Es un plato de los que reconfortan, con cocción lenta que hace que los sabores se integren y quede un plato suculento.
En esta ocasión acompañé el plato con un puré de patatas cremosito y con el vino 1777 Reserva de Maset del Lleó que es un tempranillo con larga crianza en roble francés, lo que le aporta un aroma a frutas negras y tostados que van genial para este plato. Para mi, la combinación perfecta, os lo aseguro.
La receta la podéis ver en el Magazine de Otoño en la pág. 29.
¡Espero que disfrutéis del fin de semana!
que bueno¡¡¡ sin duda este otoño lo haré¡¡
Uma comida reconfortante que nestas noites frias sabe tão bem.
Seria um bom jantar
bjs
Plato y vino de lujo. Y no podría estar mas de acuerdo con lo del móvil parece que no podemos vivir sin el, no os acordamos de que ya hemos vivido.
Muas
Uf…vaya reflexión Monica!!! En casa lo hacemos a menudo…no coger el móvil: al principio cuesta, pero luego uno se acostumbra! Oye…que me encantan estas tradiciones tuyas….y la receta…no veas! A ver si avisas a la próxima !!!
Un petó reina!
Buena reflexion en voz alta Monica,si creo que ya no nos acordamos de cuando no teniamos movil y eramos igual o mas felices que ahora.Pero creo que la mayoria ya estamos enganchados a las redes y alguna vez que me lo he dejado olvidado y voy en coche tambien es lo primero que pienso,solo falta que se estropee el coche jaja
Un plato divino y con este vino,casi la felicidad completa.
bona castanyada
¡Que valiente!, ese ejercicio lo hago en cuanto puedo, y al principio me da un poco de pánico, pero la verdad es que se pasa y deberíamos desconectarnos del mundo virtual con más frecuencia.
Tu receta del 10 y el vino para que decirte, soy un gran seguidor de Maset del LLeo.
besos amiga y sigue deleitándonos con tu buen hacer.
Cuanta razón tienes ya dicen que las tecnologías acercan a los lejanos y alejan a los cercanos …. y fuiste muy muy valiente;)
Besicos sorianos y buen fin de semana.
Creo que voy a tener que hacer ese ejercicio, tienes toda la razón:no pasa nada. La receta es todo un clásico y las fotos me han entusiasmando. Besos
jajajajajajajaja Coincido plenamente contigo!!!!! Yo reconozco que me chifla estar conectada con todo y todos, pero, me encanta dejarlo apagado por la noche en el salón, sobre la estantería cuando estoy viendo una peli en casa, en el estudio mientras comemos o en el bolso cuando estoy en la playa. Pero es cierto que es muy útil cuando necesitas ayuda si te has quedado tirada en la carretera y muy malo porque, si ya había bastante gente impresentable e impuntual, ahora, con las aplicaciones móviles hay más y aún peores. Es un asco que haya gente que anule citas en el último minuto, cuando tú ya estás esperando. Me parece una total falta de respeto y yo soy terriblemente borde con las faltas de respeto hacia mi tiempo. En fin… Seguro que me entiendes.
Tu bouef bourgignon es una delicia… Tan cremosito… Ummmmmmmmmm
Besitosssssssssssssss
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Te entiendo perfectamente, a mí me pasa, estoy demasiado enganchada al teléfono y las redes sociales. Hace tiempo que decidí que los fines de semana desconectaba para poder disfrutar de mis familia y amigos, de los momentos de relax. Ahora sólo me conecto un ratito por las noches y me sobra. Eso sí, para las las que trabajamos lejos de casa, es imprescindible. Tengo pesadillas con quedarme tirada en la carretera y no llevar móvil, algo similar a esas pesadillas en las que vas desnuda por la calle o se te caen todos los dientes. ¿Qué opinaría Freud al respecto?
Mira Mónica, he leído las dos primeras líneas de tu entrada desde el resumen de bloglovin (que es a lo máximo que llego estos días) y los dedos se me han ido directos a cliquear en el título porque sabia, SABÍA, que me iba a gustar tu entrada. Y no me he equivocado. Cuántas cosas cuentas en tus entradas con las que me siento identificada, pero lo de hoy ha sido total. Coincido contigo 100%. Lo de los móviles es maravilloso pero nos pasamos (yo la primera) y nos entra el pánico cuando nos vemos sin el. Menos mal que ahí estás tu para recordarnos que se puede sobrevivir a un despiste y a un día sin el 🙂
Tu receta, un recetón. De los clásicos que más me gustan en el mundo mundial. Y leer esto, de alguien a quien la carne ni fu ni fa…es significativo. Ahí queda!
Bss
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