Este domingo íbamos a ir a visitar un nuevo restaurante japonés.
Finalmente, vinieron a casa unos amigos y cambiamos los planes. El domingo hicimos un risotto de setas y trufa, muy bueno. En próximos post, os lo enseño.
Y el sábado, ya que teníamos mono de japonés, nos decidimos a hacerlo en casa.
Hace unos cuatro años fui a un curso de sushi con unas amigas. Después de preparar todo tipo de manjares, llegué a casa con dos tuppers llenitos de comida.
Estuve dos años sin volver a probar ningún tipo de maki.
Está claro, que ya se me pasó el empacho.
Cuando estaba preparando los ingredientes mentalmente, después de hacer la compra, me di cuenta que me había olvidado de lo más importante: las láminas de alga nori.
Sin problema, después de preguntar en varios sitios dí con uno que tenían las algas e incluso un pack para principiantes (o sea, yo) que venía de todo. Así, que perfecto!
Además de la receta, tengo que compartir con vosotros el fantástico domingo que pasamos este último fin de semana.
Para empezar, el sol brillaba en el cielo azul, la temperatura era suave y cálida y la agenda de planes, vacía.
Teníamos todo el domingo para descansar y dedicarlo a disfrutar.
El paseo con Buck, aprovechando que el termómetro marcaba 18º, fue por la playa. Fuera de la temporada de veraneo, intentamos llevarlo a correr y a desfogarse, mínimo 2 veces por semana.
Tenemos la suerte de vivir justo delante de la playa, pero debido al horario laboral es un poco difícil, aunque hacemos lo que podemos.
Pero este domingo íbamos los tres bien contentos camino a la fina arena.
Hay que decir que Buck se lo pasó en grande con un grupo de perros que no paraban de jugar. Disfrutó como un "niño".
Y para comer, pues estas habitas con berberechos, jamón de pato y ajetes tiernos.
Habíamos probado una versión similar pero