Cuando era (más) joven, la frase "Qué te den calabazas", era totalmente negativo.
Que te dieran calabazas era algo que nadie quería, ya fuera a nivel sentimental, de amistad o con las notas del colegio.
La cosa, con la prespectiva de los años ya pasados, ha cambiado, y ahora, "que te den calabazas" me resulta hasta apetitoso.
No hace demasiado tiempo que las probé por primera vez y su sabor me fascinó. Da muchísimo juego, tiene pocas calorías, mucho sabor y gran toque dulzón.
Me decidí por hacer un entrante combinándola con pulpo.
Y después, por supuesto, la primera de muchas cremas de calabaza que haré durante la temporada.
Podría hacerla de muchas formas, pero esta vez elegí hacerla única y exclusivamente de calabaza.
Eso sí, no he podido resistirme al toque del parmesano, uno de mis quesos preferidos.
Os acordáis del relleno de los raviolis de boniato y cabrales? Pues algo sobró y como debemos aprovecharlo todo y no tirar nada, me decidí a reciclarlo y hacer un entrante para la comida familiar que tuvimos ayer domingo.
Y como los ravioles quedaron tan buenos, aposté que haciéndolo tipo croquetas, quedarían también muy bien.
Es un entrante diferente y sorprendente. Animaros a hacerlo ahora que tenemos buenos y baratos boniatos.
Este fue el resultado final. Podéis hacer para acompañarlas, una crema suave de cabrales que liga fantástico.
De postre hice un pastel de chocolate que aunque una vez hecho, visualmente no es demasiado atractivo, el sabor y el aroma que desprende, compensa absolutamente todo.
Es un pastel tipo brownie al que podemos añadir también nueces u otro fruto seco. Encima, para decorar podéis ponerle coco rallado, virutas de chocolate blanco o azúcar glass que lo que yo puse en esta ocasión. Queda muy jugoso, pero no es tipo bizcocho,