Sueño con tener una masía en el campo (pero cerca de la playa) donde poder tener churrumbeles correteando alegremente en el jardín, entre los perros que también se unen al juego mientras se esconden detrás de los árboles frutales. Mientras, yo estaré en la cocina, tradicional, de fuego pero actual con una isla central y un gran ventanal que dará al porche y al jardín donde veré a mi marido y los churrumbeles corretear y ensuciarse sin yo enfadarme mientras hago pasteles, mermeladas y melva en conserva admirando a mi familia.
La estampa no me digáis que no es idílica. Perfecta. Para portada de facebook, vamos.
La realidad aunque haya un masía es que ésta se caerá a pedazos y cuando no haya que arreglar una cosa será otra, los churrumbeles serán adorables pero estarán todo día moqueando como su madre y aquí la menda se pondrá negra cuando vengan con los pantalones recién limpios, negros como una castaña por haber estado haciendo el mongo en el jardín, que no será verdito y sin bichos, si no verdito, con bichos y zonas embarradas donde lógicamente irán a parar allí, los perros y los niños con el instinto cochino en alza.
Después de varios de estos episodios mi marido y yo, nos daremos a la bebida.
Así es la realidad. Triste, pero más parecido a la realidad.
Con lo que me quedaré es con los pasteles, los guisos de mojar pan, las mermeladas y las conservas de melva. Y la mesa puesta para disfrutar de momentos en familia. Aunque estemos todos negros por una razón u otra.
Porque al final, cocinar es compartir. Es momento de unión, ya sea en una masía o en un piso de 30m2. Lo importante es disfrutarlo y especialmente, vivirlo.
Si alguna vez os habéis preguntado cómo hacer melva o bonito en conserva en casa, aquí tenéis la receta. Es melva directamente en conserva, sin haberla cocido antes, pero podéis hacer lo mismo con bonito.
La receta es de Robin Food. Podéis ver su vídeoreceta de bonito embotado aquí.
Yo la tuve tres meses y medio en conserva y la tomamos con unos de esos tomates ricos ricos, un poco de cebolla dulce cortada en juliana finita, unas escamas de sal, unas hojas de albahaca y un buen aceite de oliva extra. Delicioso.
Os dejo con la receta.
¡Feliz semana!
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– 1 melva fresca
– Aceite de oliva extra
– Sal
(Neceistarás 1 tarro grande o dos pequeños, que cierren bien y que estén bien limpios y secos).
1 rodaja de bonito de la altura de los frascos, limpia, en 4 lomos
Limpiar la melva y sacar los lomos.
Cortarlos en trozos que quepan bien en los tarros de cristal (que sobre un poco por arriba). Los untamos de aceite y los metemos en los frascos. Cubrimos con aceite y dejamos reposar en la nevera durante 12h.
Pasado este tiempo, salamos (poco para poder salar al gusto cuando la tomemos) y cerramos bien los tarros (o nos aseguramos que están bien cerrados) y los ponemos en una olla con agua hasta que los cubra. En el fondo de la olla ponemos unas hojas de periódico para evitar que el vidrio se rompa con el calor. Lo ponemos a fuego suave durante 90min. Pasado este tiempo, los dejamos en la olla con agua durante 24h.
Volvemos a repetir la operación rellenando con agua de nuevo y cocinando durante 30min. Dejamos reposar y sacamos cuando el agua se haya enfriado. Secamos y limpiamos los tarros y los guardamos.
Se pueden consumir pasados 3 meses aprox. Yo lo hice así y estaba muy rica, ya lo podéis ver en las fotos.
Hemos echado poca sal para que después cada uno se ponga más sal a su gusto.
Los sueños son para soñarlos y la vida para vivirla, así que mientras tanto vamos a disfrutar de la cocina que es lo que realmente alimenta.
Un abrazo y feliz semana!