Decidme: ¿Dónde está el esplendor de la embarazada?
¿Dónde? ¿Había que apuntarse en algún sitio? ¿Hacer una solicitud? Porque de ser así, seguro que cuando lo dijeron, a mi me pilló en la cola del pescado.
Me habían dicho que la piel se te pone tersa, que se atenúan las arrugas y que te ves más guapa que nunca. El cabello luce como en un anuncio Pantene y eres tu versión óptima de un anuncio de L’Oreal.
Pues aquí estoy, estrenando ya los 9 meses y mirándome al espejo día y noche no sea que el esplendor ese del que hablan aparezca sin avisar a mi me pille desprevenida y no me de cuenta.
Nada. Nada de nada. Bueno sí, me dicen que se me han puesto unos «papos» (mofletes) para morderlos, así que alguna arruga no es que se haya disimulado si no que simplemente se ha estirado. Supongo que el dicho de «culo o cara» ha llegado antes de tiempo y en mi caso ha sido «barrigón-culo-todayo o cara».
Otra de las cosas que tienes así como grabada a fuego del embarazo es que tienes que cuidarte y alimentarte bien. No comer por dos sino comer el doble de sano. Ja! Todavía me estoy riendo.
Que cuidarte, te cuidas, obvio. Que comer sano, comes sano porque nunca has dejado de hacerlo peeeroooo… Mira, pareces un ballenato, los pies, los tobillos y las rodillas son todo uno de lo inflados que los tienes, tienes sofocos por el calor sofocante del verano, te sientes patosa a más no poder y vas chocando con la barriga por todas partes.
No me digas, que si te apetece comerte una barra de pan con Nutella no puedes. O una bolsa de patatas fritas. O una bolsa entera de regalices.
Pues mira, te lo mereces. Tienes los intestinos apelotonados con tus pulmones y tu estómago. El culo como un bombo y las tetas como dos fit-balls. Te cansas al dar tres pasos, tu pelvis se está ensanchando con las molestias que eso conlleva y vas a sacar un melón por el agujero de una oliva. Creo que con esto último, ya estaría más que justificado.
No fastidies y me cortes el rollo recordándome que tengo que cuidarme cuando estás mano a mano con esos caprichos (porque no nos engañemos, en algunos momentos, estarás con todos ellos al mismo tiempo).
Y una cosa… así, como para remate final: llevas más de 8 meses sin probar una gota de alcohol. Ahí queda eso.
Un hurra por todas esas madres. Toda mi admiración y libertad para hacer lo que te salga de donde va a salir tu hijo. (A ver, dentro de una lógica, con cabeza y salud. No se me vayan a echar encima los haters de Tania Llasera).
En fin, que quien espera no desespera y después de haber escuchado que ahora ya tenía cuerpo de embarazada porque los primero meses estaba un poco «desordenada», pues yo espero que el esplendor aparezca en plan aparición. Espero rayitos de de sol al mirarme al espejo y destellos al sonreír cualquier día de estos. Os avisaré, lo prometo.
Por ahora, vamos a disfrutar de un vermutillo de esos de charlas, risas y buena compañía. Para eso, ¿qué necesitas? Pues básicamente un buen vermut como el de Maset, varios platillos de picoteo y alguien con quién compartirlo. Si no te quieres complicar con el picoteo, algo de frutos secos y embutido serán suficientes (también algunas latas irían de fábula). Lo que sí recomiendo es tener preparados algunos grisines caseros para acompañarlos. Además quedarás como una reina cuando digas que los has hecho tú.
En este caso son de espelta pero puedes cambiar la harina por una de fuerza sin problema o el sésamo por pipas, olivas o alguna especie como tomillo, orégano, …
Los puedes tener congelados y darles un golpe de horno antes de servirlos para disfrutarlos calentitos para no tener que complicarte en el momento (recuerda que deben levar 1h). Además con la masa, puedes hacer o los grisines largos que veis o picos pequeños. Vosotros decidís. Lo que es seguro es que son realmente deliciosos.
Os dejo la receta y me voy a mirar al espejo a ver si el resplendor ha llegado ya. 😛
¡Feliz semana!
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Ingredientes (aprox 20 unidades)
– 500 gr de harina de espelta (o harina de fuerza)
– 10 gr de sal
– 7 gr de levadura seca para pan
– 25 gr de miel
– 40 gr de aceite de oliva extra
– 280 gr de agua
– Sésamo al gusto
Elaboración con thermomix:
Poner en el vaso de la thermomix la harina y la sal. Mezclar vel. 5, 10 segundos.
Incorporar el resto de los ingredientes y amasar velocidad espiga 5 minutos. Retirar la masa y poner en una fuente grande aceitada. Estirar la masa y dejar reposar durante 1h (puedes poner un papel vegetal encima).
Precalentar el horno a 220º.
Pasado este tiempo, volver a amasar para y volver a extender en forma rectangular. Espolvorear el sésamo y presionar para que queden «enganchados». Espolvorear también un poco de harina. Cortar tiras y enrollar un poco sobre sí misma cada una. Poner en una bandeja de horno con papel vegetal y hornear durante 10-13′. Hacer tandas ya que no podrás hornear todos los grisines de golpe.
Dejar reposar en una rejilla para que no se humedezcan hasta que estén fríos. Servir o congelar.
Que buena pinta tiene estos grisines y el toque de sésamo me encanta.