Queda oficialmente inaugurado nuestro Árbol de Navidad.
Después de varios días intentando montarlo y esperando que NyN tuvieran un poco de tiempo libre para ayudarnos a adornarlo, finalmente, este sábado quedó montado.

Recuerdo adornar el árbol de Navidad en casa de mis padres. Era toda una tradición, junto con el montaje del Belén.
Desde principios de diciembre mi hermana y yo deseábamos decorar el piso. Cuando llegaba el momento, aproximadamente durante la semana del puente de la Constitución, íbamos abriendo las cajas y bolsas con los adornos.
Lamentábamos profundamente cada vez que abríamos y comprobábamos que algunas de esas bolas pequeñas, brillantes y super delicadas, se habían roto.
De todas formas, era mejor que se rompieran en su paquete, que justo antes de ponerlas, ya que por mucho que intentaras recoger todos los pedazos, siempre quedaba alguno «rezagado».
Cuando finalmente acabábamos de decorar el árbol en dorado y rojo, con lazos, bolas, cintas, campanas, etc., era la hora de poner el Belén.

Vaciábamos uno de los estantes del mueble del comedor, intentando encontrar nuevas ubicaciones para las figuritas que hasta la fecha lo ocupaban y empezaba el despliegue de medios.
Primero y muy importante: el fondo de cielo estrellado. Intentábamos aprovecharlo más de un año, pero en ocasiones debíamos salir corriendo a comprar otro.
Enganchado con celo, en el cielo azul oscuro, estaba la Estrella Polar, que poco a poco iba cayendo y debíamos ir presionando para que aguantar hasta después de Reyes.
También estaba el Nacimiento, donde el Niño Jesús era el último en poner y no por la tradición de no ponerlo hasta el 25, si no porque era tan pequeño, que nos costaba trabajo encontrarlo.

Allí también estaban los pastores con sus ovejas, la lavandera que lavaba en un río hecho de papel de aluminio, el pescador (que pescaba en el mismo río donde la lavandera dejaba el jabón…), el leñador, el caganer, etc.
Entre ellos no podían falta los Reyes Magos, que intentaban caminar por el puente que cruzaba el río y digo intentaban porque siempre se caían….

Como buena amante de los animales, mis preferidas eran las figuritas de animales. Teníamos conejos, ovejas, cerdos, patos y patitos, gallinas. Parecía más una granja que un Belén.

Era toda una tradición, pero como pasa con muchas cosas cuando nos hacemos mayores, las vamos perdiendo.
Ahora en casa, ya no montamos el Belén, pero sí hacemos un gran árbol de Navidad, ponemos Papa Noeles que cuelgan del balcón de la habitación de N. e intentamos que aunque diferente, se convierta también en una tradición.

Empiezan fechas contradictorias. Echamos de menos a los que están lejos y se nos llena el alma de nostalgia pero enseguida esa sensación se transforma en esperanza, pensado en todos los buenos momentos que están por llegar.

Después de todos estos recuerdos navideños, os dejo una receta de moussaka con bechamel de feta.
Debo deciros que a mi la bechamel no me gusta (nada), pero esta al llevar queso feta, le da un toque diferente y me gusta.

Podéis hacerla en porciones separadas como en las fotos o bien cortar las berenjenas en láminas longitudinales y hacer capas con ellas en una fuente de horno para después cortar las porciones.

Espero que tengáis una feliz semana!

Ingredientes: (4 personas)
– 2 berenjenas medianas
– 350 gr de carne picada de ternera o cordero
– 3 cebollas
– 350 gr de tomate frito
– 1 c/s de canela
– 1/2 vaso de vino blanco seco
– Un puñado generoso de perejil (aprox 15 gr)
– Un puñado generoso de menta (aprox 15 gr)
– 3 dientes de ajo
– Sal y pimienta
– Aceite

– 20 gr de harina
– 20 gr de mantequilla
– 100 ml de leche
– 60 gr de queso feta
– 1 yema de huevo

Elaboración:
Cortar las berenjenas en rodajas de 1cm aprox y dorar en el horno o en sartén con un poco de aceite y sal.
Cortar la cebolla en dados pequeños y caramelizar en aceite a fuego suave junto con el ajo picado.
Cuando la cebolla tenga color caramelo, agregar el vino y dejar evaporar.
En un bol, mezclar la carne con el tomate y mezclar con la ayuda de una varilla para que la carne quede bien separada, sin grumos.
Añadir la carne con el tomate a la sartén donde está la cebolla. Cocinar durante 30 min a fuego bajo, mezclando bien los ingredientes y haciendo que no se hagan grumos.
Añadir la canela, el perejil, la menta y salpimentar.
Hacer la bechamel cocinando la harina con la mantequilla durante 3-4 minutos removiendo. Cuando la harina tenga algo de color, agregar la leche caliente y mezclar con la varilla. Cuando la bechamel ya esté hecha, agregar el queso a dados pequeños y remover hasta que quede disuelto. Agregrar la yema de huevo y remover. Debe quedar una bechamel densa.
Emplatar alternando capas de berenjena y carne entre ellas. Encima poner la bechamel de feta (si se quiere con la ayuda de una manga pastelera) y gratinar durante unos minutos en el horno.
Servir.