Confieso que en más de una ocasión he comprado pan de gasolinera. Sí, soy imperfecta. Lo admito.
También he comprado muchas veces jamón del Mercadona y pollos a l’ast del Área de Guissona Bon Área (¿por qué le cambiaron el nombre?).
Lo bueno de esto y de tener un piquito fino como me dicen en casa, es que sé apreciar el buen pan, el buen jamón y los pollos ricos hechos con esmero.
Como visteis en el anterior post, me he vuelto a aficionar al pan pan. Ese pan de verdad que sabe rico, que sienta bien, que puedes incluso tomarlo solo con un poco de aceite y que te dura cuatro días sin problema.
Cuando lo haces en casa, el aroma invade todos los rincones y realmente es gratificante. Pero no nos engañemos, como el pan de verdaderos artesanos panaderos no hay ninguno que en casa podamos hacer. Que sale rico sí, pero no podemos comparar nuestros pinitos en la cocina con los años y profesionalidad de los expertos.
Hace unos días tuve la oportunidad de visitar una de las panaderías emblemáticas de Barcelona: Turris.
Muchos la conoceréis a través del trabajo de divulgación del pan de verdad que lleva realizando artesano panadero y propietario Xavier Barriga.
En una época donde los establecimientos ofrecían (y ofrecen) barras de pan a 0,50€ y donde lo que contaba era el precio y la facilidad para encontrar pan rápido, Xavier no decayó y fue la gota malaya junto con otros artesanos que lucharon por la profesionalidad del panadero, por la calidad, la pasión y la tradición del buen pan.
En estos momentos hay nombres acompañando a Xavier Barriga como Ivan Yarza o Jordi Morera que abogan por el pan de verdad. Ese pan que tiene vida propia, que hablar y se deja escuchar. El pan que se realiza con materias de primera calidad, con masa madre mimada y cuidada con cariño diariamente y con fermentaciones sin prisa, dándole a las enzimas el tiempo necesario para poder ofrecer un producto de calidad.
En Turris cuidan todos los detalles, tanto que están realizando un cambio en su imagen para hacer las panaderías más cercanas, abiertas y luminosas. La verdad es que da gusto entrar en cualquiera de las 10 panaderías que Turris tiene en Barcelona y provincia. Ver las cestas y mostradores llenos de panes y productos ricos que desprenden un aroma que te envuelve y poder divisar el obrador desde la propia tienda, tiene un encanto especial. Da confianza.
Allí puedes encontrar todo tipo de panes y para todos los gustos. Desde las clásicas barras, a las de cuatro puntxes, panes de payés, integrales, de cereales, sin gluten, ecológicos, … En Turris apuestan por una vida saludable de forma que cubren las necesidades de la población actual con productos de máxima calidad y fórmulas probadas y testadas hasta dar con el punto óptimo, no sólo del pan si no también de sus dulces.
Eso sí, siempre con una premisa: sus panes siempre están hechos con masa madre y con fermentaciones lentas de 48h.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es que los domingos no abren. Esto viene dado por dos motivos:
1. Conciliación familiar. Xavier Barriga viene de familia de panaderos y sabe lo difícil que es para los panaderos llevar una vida familiar compaginada con la profesional, de forma que ha sido siempre una de las máximas para con sus empleados.
2. Si tienes un buen pan que te dura cuatro días, ¿por qué vas a necesitar ir a comprar pan el domingo?
En fin, que parece un post patrocinado, pero nada más lejos de la realidad. Simplemente creo que el buen trabajo hay que hacerlo saber.
Si quieres saber algo más sobre Xavier Barriga y su forma de entender el pan puedes leer la entrevista que le hicieron hace unos años para La Contra de La Vanguardia.
¡Feliz semana!
Ay el pan! Con lo mal querido que ha sido en algún tiempo en el que se decía que engordaba muchísimo, me gusta apreciar que vuelve a ocupar el lugar de culto que me merece. Eso sí, el pan pan. Nada de ultracongelado, precocinado ni mandangas de esas. Yo afortunadamente vivo en Galicia, donde las hogazas de pan siguen siendo artesanas y en horno de leña, donde la gente con pan y jamón es capaz de disfrutar de una tarde de otoño, y donde las migas se aprovechan tanto con las cortezas. Un placer que, afortunadamente, se está recuperando.
Felicitats per apreciar les coses bones i autentiques i posarles a l abast de tots.